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domingo, 4 de julio de 2010

Historia Sufí


Conciencia

Una batalla contra el Yo Bajo.


Hay una historia de los indígenas norte americanos Cheroqui:


Un viejito sabio está explicando a su nieta sobre una batalla interior que él está llevando a cabo. Dice que es entre dos lobos. Uno es malo: Consiste en enojo, envidia, tristeza, remordimientos, avaricia, arrogancia, auto-lastima, resentimiento, rencor, sensación de inferioridad, mentiras, orgullo, sensación de superioridad, y egocentrismo. El otro es bueno: consiste en alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, simpatía, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe. Después de pensar un rato la nieta le pregunta a su abuelo, “¿Qué lobo gana?” El viejo sabio dice, “Al que alimento.”

El viejito sabio se refiere a las emociones como lobos, es decir, entidades ajenas. Son negativas o positivas, pero son para dominar y controlar no al contrario.

Aunque parece obvio que las emociones negativas son perjudiciales, son realmente las fuerzas que guían la vida de la mayoría de la gente en todas partes.

En realidad, el primer paso es la conciencia, o una combinación de conciencia y conocimiento. Es decir, el primer paso después de que reconoces que hay algo mal.

Una vez que es claro que existe un problema, hay que investigar las razones y causas.

¿Dónde está el problema? Si alguien te ofende, si tu negocio falla, si tu matrimonio está fracasando, si te despiden de tu trabajo, si siempre te metes en pleitos o cualquier “tragedia” o “calamidad” y experimentas emociones como miedo, nerviosismo, enojo, rencor o las demás emociones negativas o si experimentes estas emociones aún sin una causa obvia, ¿dónde está el problema? y ¿qué provocó la reacción?

Se puede averiguar la respuesta a esta pregunta considerando otra. ¿No es verdad que confrontando situaciones idénticas, dos personas reaccionan muy diferente o hasta de manera totalmente opuesta? Un insulto no tiene efecto en uno mientras que otra persona se enojaría contundentemente. Una pérdida para uno es el fin del mundo mientras que la misma pérdida para otro no es gran cosa.

Otro ejemplo de un ángulo diferente. Estás de viaje por varias semanas y durante tu ausencia sucede alguna desgracia – tu pareja te engaña, tu casa se derrumba, pierdes tu trabajo, te roban tu coche, o lo que sea. Estás felizmente disfrutando tu viaje y en tu mente todo es bonito. Regresas a casa y te enteras de la desgracia y te pones mal.


La respuesta es quitar los obstáculos que nosotros mismos hemos puesto. Las emociones negativas son invasoras que arruinan la vida y nos conducen a remedios aún más ruinosos. El enojo, envidia, tristeza, remordimientos, avaricia, arrogancia, auto-lastima, resentimiento y rencor, sensación de inferioridad, mentiras, orgullo, sensación de superioridad, y egocentrismo son nuestros enemigos. Debemos ganar la batalla contra ellos.

El primer paso para lograr el control de uno mismo es el conocimiento de uno mismo - ¿qué es lo que está pasando adentro? Esto requiere que nos convirtamos en observadores de nosotros mismos, empezando con las emociones negativas mencionadas arriba. Para llevar a cabo este ejercicio es primordial que uno esté despierto en todo momento. Despierto quiere decir, conciente de uno mismo. Hay que estar en un estado de vigilancia, como un guardián de la puerta del castillo del rey, observando todos los que entran y cuidando que no entren indeseables. Y, cuando sí entra algo indeseable, como el enojo o envidia etc. debemos seguirla mirando para averiguar ¿de dónde viene, qué quiere y adónde va?

Las emociones negativas son como ladrones trabajando en la oscuridad. Si prendes la luz, se apenan y tienen que detener sus actividades. La conciencia es como prender la luz. Las emociones negativas no tienen razón y a plena luz del día su naturaleza verdadera se revela y su fuerza desaparece. Cuanto más poder tienen las emociones negativas menos tiene el individuo. Las emociones negativas son como dictadores arruinando las vidas de sus súbditos. Ser súbdito de las emociones negativas es ser esclavo. Sólo con el conocimiento y la conciencia podemos liberarnos de ellas y encontrar la Luz Divina que está en todos esperando que quitemos los velos de encima para que pueda llevarnos a una vida mejor.

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