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sábado, 17 de julio de 2010

Derechos humano



"Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es la visión.

Cuando la mente no está bloqueada, el resultado es la sabiduría,

y cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es al amor."





Shakine Mohammadí Ahstiani
, 43 años y madre de dos hijos, tiene un incierto futuro. Condenada por adultera, su castigo será, si no lo remedia la presión internacional, ser enterrada hasta el pecho y que una manada de repugnantes “personas” la golpeen hasta la muerte con piedras que no sean tan grandes para matarla de forma instantánea ni tan pequeñas que no causen daño. Así lo establece el código penal de la República Islámica, código refrendado por una serie de tipejos anclados en la edad media y cuya evolución hacia la raza humana o hacia cualquier indicio de humanidad quedo anclada a medio camino entre el mono y el hombre.

La sharía (ley islámica), que así se llama esta pantomima de siglos pasados, establece que el delito debe probarse por la confesión repetida del acusado o el testimonio de cuatro testigos varones (o de tres hombres y dos mujeres). En el caso de Ahstiani, ya había sido condenada con anterioridad a 99 latigazos por “relación ilícita” con el presunto asesino de su marido. No contentos con ello, algún energúmeno, regente de un “tribunal” -por llamarlo de alguna manera- reabrió el caso y a pesar de carecer de pruebas y testigos, dictaminó que la relación se había producido aún en vida de su marido, claro adulterio que no tiene otro castigo para estos animales que la muerte a pedradas por una maraña de monos enfurecidos.

Gracias a la presión internacional, encabezada por Amnistía Internacional el momento de tan macabro e injusto acto aún no se ha producido, pero como ellos mismos reconocen: “Por el momento, se ha librado de morir a pedradas gracias a la participación y compromiso de miles de personas. No obstante, la sentencia a muerte se mantiene y aún podría ser ejecutada en cualquier momento. El año pasado, al menos tres personas condenadas a muerte por lapidación fueron finalmente ahorcadas“.

Aún podemos hacer algo entre todos, en la misma página de Amnistía Internacional, siguen recogiendo firmas con un mensaje hacia el Líder de la República Islámica, Ayatollah Sayed Ali Khamenei: Irán: Mujer en riesgo de ser ejecutada por adulterio.

Internacionalmente se ha creado una web con la misma idea de recoger firmas para seguir ofreciendo presión: Free Sakineh. Y estamos en 2010, así que algo así también tenía que tener grupo en Facebook: Save Sakineh Mohammadi Ashtiani from being Stoned to Death in Iran.


fuente

2 comentarios:

  1. Hola Patricia, verdaderamente repugnante, no hay palabras.
    Ya he puesto mi firma.
    Un saludo amiga

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  2. Repugnante, sí, amigo Ovidio, semejante salvajada impropio castigo a un ser humano. Reglas impuestas para el avallasamiento del más débil.
    ¿Cómo puede hacer eso un ser humano a otro?.
    Gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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