DERECHO AL TRABAJO, PLURIEMPLEO BARATO

Conozco un taxista que comenzó a trabajar de chofer.
Dicho taxista pasó examen de preparación para conducir taxis en las pruebas convocadas por el Ayuntamiento.
Cuando comenzó a trabajar, su patrono (propietario del taxi), llevo los papeles del chofer a su gestoría. Los papeles fueron rechazados porque un taxista no puede ser pluriempleado según ordenanzas municipales, el taxista trabajaba una hora a la semana en otro sitio.
El salario y coste real del empleado del taxi es el siguiente: Seguridad social por tiempo completo, y un 35 % del dinero que saque en viajes, es decir, en media anual sacará 1000 euros de salario líquido mensual, haciendo diez horas diarias, con descanso de cuatro días al mes, los cuales no ganara nada, pues siempre tiene la opción de no descansar.
Al joven taxista le daba la risa y decía: Me imagino al Sr. Rajoy, o al Sr. Zapatero, bajándolos del coche oficial y diciéndoles: Tenemos que detenerlo, lo acusamos de pluriempleo, su coche queda paralizado.
Como es muy bruto piensa que aparte de la acusación por pluriempleo le daría un pequeño toquecito con la Catedral de Santiago, al estilo Berlusconi.
La violencia sabe que nunca se puede usar, ya que cuando “suenan los cañones el derecho enmudece”, y si las personas somos seres racionales, lo mejor será buscar la razón y el consenso alcanzado por mayorías. Por eso no podemos pegarles, pese a que su conducta y diligencia se haga acreedora de ello, no podemos hacerlo, ni siquiera con la Catedral de Santiago, pero como el pensamiento no delinque, podemos imaginarlo, y actuar, rogando por nuestros derechos. Así que el taxista ruega: “Derecho al trabajo”.