La Ministra de Ciencia e Innovación,
CRISTINA GARMENDIA MENDIZÁBAL,
El presupuesto general de educación de este año asciende a 43.779 millones.
El Gobierno estudia una nueva financiación para las universidades que corrijan ineficiencias crónicas como la alta tasa de abandono de los estudios. Se vuelve a poner encima de la mesa un debate que lleva coleando 15 años en España: subir el precio de las matrículas a quien pueda pagarlas para costear un potente sistema de becas.
¿Por qué ese abandono en los estudios?, ¿Qué prevenciones se tomarán?, ¿Cómo fomentar la educación? Esas son las tres cuestiones más inminentes en referencia al abandono de los estudios.
Un curso lectivo completo de un estudiante en una universidad pública española cuesta al erario público unos 6.000 euros al año. 5000 euros de ese coste corren siempre a cuenta de las arcas del Estado. Los 1.000 euros restantes, que se pagan en concepto de matrícula, dependerá el cargo del pago de si el alumno es beneficiario de beca o algún tipo de exención. El coste sigue subiendo ya que mientras estudia, el alumno típico de la universidad presencial no suele trabajar, utilizando más servicios públicos a lo largo de su exclusiva vida estudiantil (sanidad, servicios de seguridad, vías públicas...), así la edad estudiantil se prolonga hasta aproximadamente alcalzados los 23 o 25 años de la vida.
La visión que se ha generando sobre las universidades ha hecho un gran daño a la economía y a la educación en España. Son muchas las familias desde hace décadas que han dado todo porque su hijo estudie una carrera. Proporcionalmente han ido creciendo también el número universitarios que sólo pueden aspirar a un puesto de camarero, cuidador de personas o empleado de hogar, es decir, profesiones en las que no es necesaria para su desarrollo cualificación académica.
Las becas actuales para los estudios universitarios son sólo para la primera licenciatura, diplomatura o grado universitarios. No resultando este hecho acorde con el panorama de la mayoría de Europa, en donde las personas poseen cada vez más, doble o triple titulación, desde el prisma de una educación cada vez más completa y a lo largo de toda la vida.
Un niño cuando mira estudiar a un adulto pregunta atónito:
- Pero tú ¿cuántos cursos suspendiste?
Es común la expresión:
- ¿estudias en la universidad? ¿a tus años?
O escuchar al padre diciéndole al niño:
"Agarrate a los libros". Mientras él no toca uno.
El sistema educacional actual se encuentra predispuesto a una educación académica común que dure única y exclusivamente hasta los 25 años, reforzando el contenido de una historia Sufí que decía: Sólo serás un hombre tus primeros 25 años de vida. Recordando llegados a este punto que las soluciones actuales a la crisis económica pasan por reducir pensiones y alargar la vida laboral de las personas.
Hace dos años han reduccido las becas de los alumnos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en más de un 50%. El debate sobre el abandono en los estudios es importante, pero debe ofrecerse en él la posibilidad de la vuelta a los estudios.
La situación actual lleva a destacar que resulta mucho más rentable y seguro* dedicarse a profesiones como el "arte culinario" que estudiar, magisterio, medicina o derecho. Las dedicaciones que se llevan la palma en rentabilidad cambian conforme a los tiempos que corren, pasando a ser ahora algunas tales como las de ministro, alcalde, banquero, representante sindical, relacionados con el mundo del fútbol, visitadores de programas de estilo"salsa rosa"...
*Resulta conveniente puntualizar que el término de seguridad utilizado está escrito desde acontecimientos actuales de continuas agresiones y muestras de violencia, acompañados de un alto nivel de exigencia en el desarrollo de su profesión llegando incluso a exigir comportamientos contraindicados y que viene demostrando ultimamente el grupo social hacia profesiones cualificadas académicamente como pueden ser las de profesor, médico o abogado. Incluyendo en estas profesiones a los buenos políticos que como se dice sobre la existencia de las brujas en Galicia hay que decir de éstos "non creo nas bruxas, pero reconozco que "avelas ainas" -Haberlas hay- en todos os lados".
CRISTINA GARMENDIA MENDIZÁBAL,
El presupuesto general de educación de este año asciende a 43.779 millones.
El Gobierno estudia una nueva financiación para las universidades que corrijan ineficiencias crónicas como la alta tasa de abandono de los estudios. Se vuelve a poner encima de la mesa un debate que lleva coleando 15 años en España: subir el precio de las matrículas a quien pueda pagarlas para costear un potente sistema de becas.
¿Por qué ese abandono en los estudios?, ¿Qué prevenciones se tomarán?, ¿Cómo fomentar la educación? Esas son las tres cuestiones más inminentes en referencia al abandono de los estudios.
Un curso lectivo completo de un estudiante en una universidad pública española cuesta al erario público unos 6.000 euros al año. 5000 euros de ese coste corren siempre a cuenta de las arcas del Estado. Los 1.000 euros restantes, que se pagan en concepto de matrícula, dependerá el cargo del pago de si el alumno es beneficiario de beca o algún tipo de exención. El coste sigue subiendo ya que mientras estudia, el alumno típico de la universidad presencial no suele trabajar, utilizando más servicios públicos a lo largo de su exclusiva vida estudiantil (sanidad, servicios de seguridad, vías públicas...), así la edad estudiantil se prolonga hasta aproximadamente alcalzados los 23 o 25 años de la vida.
La visión que se ha generando sobre las universidades ha hecho un gran daño a la economía y a la educación en España. Son muchas las familias desde hace décadas que han dado todo porque su hijo estudie una carrera. Proporcionalmente han ido creciendo también el número universitarios que sólo pueden aspirar a un puesto de camarero, cuidador de personas o empleado de hogar, es decir, profesiones en las que no es necesaria para su desarrollo cualificación académica.
Las becas actuales para los estudios universitarios son sólo para la primera licenciatura, diplomatura o grado universitarios. No resultando este hecho acorde con el panorama de la mayoría de Europa, en donde las personas poseen cada vez más, doble o triple titulación, desde el prisma de una educación cada vez más completa y a lo largo de toda la vida.
Un niño cuando mira estudiar a un adulto pregunta atónito:
- Pero tú ¿cuántos cursos suspendiste?
Es común la expresión:
- ¿estudias en la universidad? ¿a tus años?
O escuchar al padre diciéndole al niño:
"Agarrate a los libros". Mientras él no toca uno.
El sistema educacional actual se encuentra predispuesto a una educación académica común que dure única y exclusivamente hasta los 25 años, reforzando el contenido de una historia Sufí que decía: Sólo serás un hombre tus primeros 25 años de vida. Recordando llegados a este punto que las soluciones actuales a la crisis económica pasan por reducir pensiones y alargar la vida laboral de las personas.
Hace dos años han reduccido las becas de los alumnos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en más de un 50%. El debate sobre el abandono en los estudios es importante, pero debe ofrecerse en él la posibilidad de la vuelta a los estudios.
La situación actual lleva a destacar que resulta mucho más rentable y seguro* dedicarse a profesiones como el "arte culinario" que estudiar, magisterio, medicina o derecho. Las dedicaciones que se llevan la palma en rentabilidad cambian conforme a los tiempos que corren, pasando a ser ahora algunas tales como las de ministro, alcalde, banquero, representante sindical, relacionados con el mundo del fútbol, visitadores de programas de estilo"salsa rosa"...
*Resulta conveniente puntualizar que el término de seguridad utilizado está escrito desde acontecimientos actuales de continuas agresiones y muestras de violencia, acompañados de un alto nivel de exigencia en el desarrollo de su profesión llegando incluso a exigir comportamientos contraindicados y que viene demostrando ultimamente el grupo social hacia profesiones cualificadas académicamente como pueden ser las de profesor, médico o abogado. Incluyendo en estas profesiones a los buenos políticos que como se dice sobre la existencia de las brujas en Galicia hay que decir de éstos "non creo nas bruxas, pero reconozco que "avelas ainas" -Haberlas hay- en todos os lados".
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