Edición actualizada del Código Penal 2010

Ayer en el supermercado he visto que están a la venta las ediciones actualizadas de los Códigos de leyes españoles a fecha septiembre 2010. Al coger el Código Penal y mirar por encima el prólogo de la editorial tecnos, veo sigue realizándolo el jurista D. Enrique Gimbernat Ordeig. Entre sus palabras podía distinguirse "feminismo" con reiteración.

D. Enrique en un prólogo de antaño escribió algo así como que se estaban excediendo al tipificar conductas en nuestro Código Penal y que había que distinguir entre un empujón derivado de una estúpida discusión marital a un maltrato. Además se expresaba de manera obsoleta y con ideas derivadas quizás del mundo cultural y social en el que desarrollo su vida, imagino que un mundo exquisito y con otros problemas económicos que no son los del resto del vulgo de las personas.

Según el catedrático de Derecho Penal, D. Enrique Gimbernat, la que fue directora general del Instituto Andaluz de la Mujer, Soledad Ruiz Seguín, intentó censurar el prólogo a su propio libro "Código Penal" publicado por Editorial Tecnos. Los documentos prueban el intento.
Lo cierto es que la idea que subyace al leer sus palabras es la de una mujer, banal, que discute sobre dónde ir de vacaciones y debe provocar mucho gasto al "cabeza de familia". Por ejemplo, en su prólogo del Código Penal del año 2006 cita: "querida: tenemos dificultades para pagar la hipoteca, y, como no reduzcas gastos, te vas a enterar de lo que vale un peine". A esto le llama una discusión pedreste de violencia ejercida sobre el hombre a la mujer y que nada tiene que ver sobre la discriminación y desigualdad entre el hombre y la mujer.
Aquí dejo cuestión que se cuece en los prólogos de los leguleyos, al fin, prevención y reinserción son la clave del derecho penal que tan bien se encarga de describir a una sociedad.
D. Enrique en sus obras se ha mostrado crítico con los excesos del Derecho penal español, por Internet se encuentra sobre él estas palabras: "Todos estos privilegios penales "intolerables y antidemocráticos" de la Familia Real "deben desaparecer de raíz y para siempre", sostiene Gimbernat".