El sistema político español y algunas de sus carencias.
España tiene un sistema político que no se adapta a la sociedad, con un modelo productivo y educativo lento en evolucionar y una descentralización administrativa que se hizo mal.
Una Constitución demasiado rígida.
El sistema español se parece al modelo general aunque sobresaltan algunas diferencias. Una de ellas es la Constitución, ya que el sistema de Westiminster opta por una "constitución no escrita" la cual es fácil de modificar. Con esta constitución, se compensa la centralización del poder y es más fácil cambiar la Constitución, donde sólo aparecen las leyes básicas.
Sin embargo, la Constitución española es rígida cómo la del sistema consensual, la cual cosa no se explica ya que en el sistema consensual es rígida ya una sociedad plural y la descentralización del poder, exigen una constitución fuerte adaptada a todos. Sin embargo, el sistema español es centralizado y con una constitución rígida, la cual cosa hace que las comunidades autónomas no tengan poder a decidir.
El sistema representativo, intocable.
Otro hecho que hace que el sistema político español no sea bueno, y que haya una cierta pasividad política de la sociedad es el sistema representativo actual. Dejando a un lado el sistema bipartidista que sufrimos, la gran mayoría de partidos políticos, tanto estatales como autonómicos, se componen a partir de unas listas cerradas, que el pueblo no elige.
Esto hace que los ciudadanos voten a su representante de una manera muy indirecta. Esto hace que el presidente del partido no represente a los ciudadanos que le han votado, sino al partido que pertenece.
La prensa tampoco ayuda
Cabría centrarse en el papel de los medios de comunicación en la actualidad. Las nuevas tecnologías han hecho que el planeta esté más globalizado que nunca y que nos llegue información de todas partes. Sin embargo, estamos viendo cómo los medios de comunicación (especialmente la prensa escrita), está cada vez más politizada.
Cada periódico, ya no sólo tiene una ideología política, sino que pertenece y defiende a un partido político. Este hecho afecta tanto al funcionamiento del país, cómo a la base moral y ética del periodismo en España, el cual parece que se está perdiendo.
La burocracia española.
El propio Max Weber percibió que realmente no puede existir un tipo de organización ideal. Por tanto, la burocracia real será menos óptima y efectiva que su modelo ideal. Según Weber, puede degenerar de las siguientes maneras:
* La jerarquía vertical de autoridad puede no ser lo suficientemente explícita o delineada, causando confusión y conflictos de competencia.
* Las competencias pueden ser poco claras y usadas contrariamente al espíritu de las reglas; en ocasiones el procedimiento en sí mismo puede considerarse más importante que la decisión o, en general, su efectos.
* Nepotismo, corrupción, enfrentamientos políticos y otras degeneraciones pueden contrarrestar la regla de impersonalidad, pudiéndose crear un sistema de contratación y promoción no basado en méritos.
* Los funcionarios pueden eludir responsabilidades.
* La distribución de funciones puede ser inefectiva, produciendo excesiva actividad regulatoria, duplicación de esfuerzos y, en general, ineficiencia.[7]
Incluso una burocracia no degenerada puede verse afectada por ciertos problemas:
* Sobreespecialización.
* Rigidez e inercia en los procesos, tomando decisiones con lentitud o siendo imposible aplicarlas al presentarse casos inusuales, e igualmente retrasando los cambios, evolución y adaptación de viejos procesos a nuevas circunstancias;
* Suposición de que el sistema es siempre perfecto y correcto por definición, provocando que su organización sea poco proclive al cambio y a la autocrítica;
* Poca estima por las opiniones disidentes;
* Creación de más y más reglas y procesos, creciendo su complejidad y disminuyendo su coordinación, facilitando la creación de reglas contradictorias.
En ejemplos extremos la burocracia puede dirigir al trato de los seres humanos como objetos impersonales. Este proceso ha sido criticado por numerosos filósofos y escritores (Aldous Huxley, George Orwell y Hannah Arendt) y satirizado en el tebeo Dilbert. Mafalda, un personaje de historieta creado por Quino, le puso Burocracia como nombre a su tortuga.
En la concepción del marxista León Trotsky, el régimen de la antigua URSS tras el triunfo de Stalin correspondía al dominio político de una casta privilegiada, la burocracia.
Para principios de la década del tercer milenio, se sostiene que los nietos de la generación joven ya no conocerán un sistema burocrático, remplazado o eliminado por las tecnologías informáticas y la finalidad de agilizar procesos humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario