
En política, asistimos resignados a la maldad humana unida y dándose calor corporativamente. Como si una peña de fútbol se tratara, los políticos se agrupan fieles -hasta que ganan más siendo infieles- por colores y signos. Todo lo que plantean es discordia, a veces parece que no miran un semejante sentado enfrente sino el monstruo más terrorífico y que nunca tiene la razón o parte de ésta. No piensan en nada constructivo y, cuando llegan a un acuerdo, desconfía y acertarás, todo es destrucción y cargar contra el enemigo político del otro partido. El mayor grueso de los políticos actuales han olvidado dos cosas muy sencillas y necesarias para vivir en armonía: Honradez y Honestidad con la cosa pública.

Son palabras del presidente del Senado, Javier Rojo, pronunciadas de forma severa ante el hemiciclo de la Cámara, en la reprimenda que ha dirigido hoy a los senadores para tratar de apaciguar los ánimos ante la bronca que se ha organizado en el pleno control al Gobierno.
Gritos, protestas, acusaciones mutuas de "¡mentiroso, mentiroso! " entre socialistas y populares han generado una trifulca de tal dimensión que ha obligado a Rojo a emplearse a fondo.
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