¿Por qué están todas las religiones en contra de la anticoncepción?
El Papa está en contra de la anticoncepción. Es normal que lo esté, porque todas las religiones están en contra de los métodos anticon-ceptivos, por la sencilla razón de que se reducirá el número de sus miembros. Es un juego político: ¿quién tiene un número mayor, los católicos o los protestantes, los hindúes o los jainistas o los musulmanes? Es todo una política de números, sobre todo por la democracia. Cada persona es un voto: cuantos más niños tengas, más votos tienes. Y quien tenga más votos gobernará el país, gobernará el mundo. De forma que todos los jefes religiosos, todas las instituciones religiosas, todos los propagandistas religiosos están en contra de la anticoncepción Pero, en realidad, la anticoncepción es una de las mayores bendiciones que le han sucedido a la humanidad en toda la historia humana. Es la mayor revolución. Ninguna revolución es tan importante comparada con la invención de los anticonceptivos, porque a través de los anticonceptivos la mujer puede llegar a ser igual que el hombre. Sólo mediante los anticonceptivos puede la mujer tener todos los derechos que el hombre siempre ha reclamado para sí mismo. De otra forma, ella estaría casi siempre embarazada. La mujer no podía trabajar en una fábrica, no podía trabajar en una oficina, No podía ser médico, no podía ser profesora. Como mucho, podía tan sólo ser ama de casa, y esto significa simplemente ser una criada doméstica. Y gastaba toda su vida dando a luz. No podía hacer otra cosa, no podía pintar, no podía escribir poesía, no podía tocar música, no podía bailar. ¿Cómo vas a bailar si estás continuamente embarazada? Es algo tan deprimente, tan repugnante. Pero en el pasado todo su trabajo era ser como una fábrica, seguir dando a luz a niños. Empezaba hacia los catorce años y continuaba mientras el hombre tenía la suficiente potencia para seguir procreando. Tener dos docenas de hijos no constituía una excepción, una docena era algo muy normal. Pero una mujer que da doce hijos al mundo o dos docenas de hijos al mundo no tendrá tiempo para nada más. Esa es la causa básica de la esclavitud de la mujer. Y cuando estaba continuamente embarazada y enferma e indispuesta a causa del embarazo, tenía que depender del hombre, dependía económicamente del hombre. Y si dependes económicamente del hombre, no puedes ser libre. La economía es uno de los factores fundamentales. Si el dinero viene del hombre, entonces el dinero viene con ciertas condiciones. Si necesitamos una humanidad en la que el hombre y la mujer sean iguales, entonces los anticonceptivos deberían usarse todo lo posible; deberían ser algo normal... Los anticonceptivos han transformado la cualidad misma del sexo: el sexo se vuelve algo divertido. El sexo ya no es algo tan serio como solía ser. Se vuelve como un juego, dos cuerpos jugando uno con otro, eso es todo. No hay nada de malo en ello. Juegas al fútbol, ¿qué tiene de malo? Juegas al vóleibol, ¿qué tiene de malo? Es algo entre dos energías corporales. El sexo también es un juego, pero antes no lo era. Antes de los anticonceptivos, era algo muy serio. Los anticonceptivos han erradicado toda esa seriedad. Y es normal que ahora las religiones tengan miedo, porque su edificio entero se puede desmoronar a causa de los anticonceptivos. Lo que los ateos no pudieron hacer en siglos, los anticonceptivos lo pueden hacer en décadas. Ya lo han hecho: los anticonceptivos han liberado al hombre de los sacerdotes. Los anticonceptivos son una bendición, pero el Papa no puede estar a favor de ellos porque su poder está en juego, y no sólo el Papa, sino todos los jefes de las demás religiones, los shankara-charyas y los ayatolás y los imanes, estarán en contra de los anticonceptivos. Todo su negocio está en peligro. Yo estoy a favor de los anticonceptivos. Deberían usarse abundantemente. A los niños deberían enseñarles los padres y las escuelas a usar los anticonceptivos, para que el sexo sea algo divertido, para que pierda toda aquella seriedad. Sólo entonces se puede liberar la mujer. Sin los anticonceptivos la mujer está destinada a seguir siendo una esclava. La mitad de la humanidad viviendo en la esclavitud no es una escena agradable de ver. Y el Papa está también en contra del aborto. ¿Por qué está esa gente en contra del aborto? Están siempre hablando de la inmortalidad del alma. Entonces, ¿por qué tener miedo al aborto? El alma es inmortal, así que no hay pecado en el aborto. Lo único que has hecho al abortar es evitar que el alma entre en este cuerpo. El alma encontrará otro cuerpo, si no es en esta Tierra, será en alguna otra, porque los científicos dicen que hay al menos cincuenta mil planetas. Ese es el número mínimo de los que albergan vida. Puede que haya más, pero cincuenta mil es casi seguro. Así que si no es en este planeta, será en algún otro... Y es bueno cambiar de gente, ¿qué hay de malo en ello? Si este planeta se está poniendo demasiado lleno, llevar alguna gente a otros planetas... Eso es lo que hace el aborto. El alma dice: «¿Puedo entrar, señora?», y tú dices: «No, esto ya está demasiado lleno. Prueba en alguna otra puerta.» Y hay otras posibilidades, así que no estás destruyendo nada. Esa misma gente por un lado dice que la vida es inmortal, que el alma es inmortal, y por el otro te asustan diciéndote que estás matando un alma, que estás matando una vida, hacen que te sientas culpable. Solo hay dos posibilidades: o el alma es inmortal y entonces no has matado nada; o el alma es mortal, y entonces tampoco has matado nada. Y estas son las dos únicas posibilidades. O crees en la inmortalidad del alma, y entonces no has matado nada porque no hay nada que se pueda matar, o crees en la mortalidad del alma, y entonces no hay nada que matar; no hay alma realmente, sólo hay cuerpo. Y tenemos que decidir cuánta gente puede vivir gozosamente en este planeta. Pero hay también una estrategia oculta detrás de ello: a los sacerdotes, los papas y los demás, no les gustaría que el hombre viviera gozosamente, por la sencilla razón de que si la gente empieza a vivir con gozo, con alegría, con dicha, ¿a quién le va a importar su Paraíso y su cielo? La gente tiene que vivir totalmente desgraciada, sólo entonces puede predicar: «Mira, esta vida es un valle de lágrimas. Busca la otra vida, la vida del más allá. Esta vida es un infierno, así que no pierdas el tiempo viviéndola. Usa el tiempo encontrando otra vida, la vida divina.» Les conviene que el mundo permanezca desdichado. Y psicológicamente se las han arreglado para mantenerte desdichado, psicológicamente están intentando mantenerte desdichado, y biológicamente, de todas las maneras posibles te están haciendo tan desdichado que tienes que acudir a ellos por consejo, tienes que considerarlos tus salvadores. Mi visión es diferente. Yo mantengo la idea de que esta vida, aquí y ahora, tiene capacidad para hacerse celestial. No es necesario anhelar ningún otro cielo, ningún otro paraíso. Podemos transformar esta vida en un fenómeno muy bello. Philosophia Ultima, cap. 3.
¿Qué opinas del aborto?
El aborto no es un pecado; en este mundo superpoblado es una virtud. Y si el aborto es pecado, entonces el Papa polaco, la madre Teresa y compañía son los responsables, porque están en contra de los anticonceptivos, están en contra de los métodos de control de la natalidad, están en contra de la pildora. Esa es la gente causante de todos los abortos, ellos son los responsables. ¡En mi opinión son grandes criminales! ¡En este mundo superpoblado, en el que hay gente hambrien- ta muriéndose, estar en contra de la pildora es simplemente imperdonable! La pildora es una de las contribuciones más significativas de la ciencia moderna a la humanidad, puede convertir la Tierra en un Paraíso. Pero ciertamente en ese Paraíso no habrá huérfanos, y entonces ¿qué pasará con la madre Teresa y los misioneros de la caridad? Y en ese Paraíso ¿quién escuchará al Papa polaco? La gente será tan feliz, ¿a quién le va a importar esa gente? ¿Y quién pensará en un Paraíso después de la muerte? Si el Paraíso existe aquí y ahora, entonces no hay necesidad de inventar, proyectar, soñar, fantasear un Paraíso en el más allá. Han fantaseado el Paraíso en el más allá porque hemos vivido en el infierno en esta Tierra. Y este infierno les viene muy bien a los sacerdotes, a la gente que se llama religiosa, a los santos, a los papas, a todo tipo de aya-tolás y shankaracharyas, a todos esos tipos de embaucadores. Todos ellos están en contra de la pildora. ¡Si tienen algo contra la pildora, entonces convertidla en polvo! ¡Si el problema es que sea una pildora, entonces trituradla! Encontrad alguna otra forma. Esa es la gente causante de los orfanatos, los abortos, y les viene muy bien. ¡Están haciendo un buen trabajo! He oído algo sobre dos hermanos; solían tener un negocio. Su negocio era: uno de ellos entraba en un pueblo por la noche y ponía alquitrán-en las ventanas y las puertas de la gente, y por la mañana se iba. Por la mañana llegaba el otro hermano, gritando por las calles del pueblo: «¡Limpio el alquitrán! ¡Si alguien quiere que le limpien las ventanas, aquí estoy!» Y por supuesto, tenía mucho trabajo, ¡todo el pueblo le necesitaba! Para cuando terminaba, el otro hermano ya había destruido las puertas y ventanas de algún otro pueblo, y entonces llegaba este otro hermano. ¡Les iba muy bien y estaban ganando mucho dinero! Esto es lo que está haciendo esa gente. Estás en contra de la pildora, estás en contra de los anticonceptivos, estás en contra de la esterilización, estás en contra de todas las técnicas de control de la natalidad, y así, naturalmente, habrá abortos, habrá huérfanos y mendigos. Entonces les puedes servir y ganar grandes virtudes, porque sin servicio nunca irás al cielo. Esa pobre gente es necesaria como trampolín para que tú vayas al cielo. A mí me gustaría destruir la pobreza, no quiero ayudar a los pobres. ¡Ya basta! Durante diez mil años los tontos han estado ayudando a los pobres; no ha servido de nada. Pero ahora tenemos la tecnología suficiente para destruir la pobreza por completo. Así que si hay que perdonar a alguien es a esta gente. Es al Papa, a la madre Teresa, etcétera, a quienes hay que perdonar. Son criminales, pero su crimen es de una naturaleza tal que se necesita mucha inteligencia para comprenderlo5. Me quedé muy sorprendido al oírte apoyar la producción de niños de probeta, diciendo que podrían ser genios, más bellos y más sanos que los seres humanos. Pero lo único que importa es la belleza de nuestro ser interno, ¿no? ¿O estabas bromeando? No. Me pongo serio en muy raras ocasiones, y cuando hice esa afirmación estaba muy serio. Lo digo en serio, porque el hombre que ha sido creado por la naturaleza ciega, por la biología ciega, no ha resultado ser un crecimiento real para la humanidad. Puedes verlo. Charles Darwin dice que los monos se hicieron hombres. Pero desde entonces -eso debe haber sucedido hace un millón de años-durante este millón de años el hombre no ha creado nada mejor. Los monos fueron mucho más inteligentes; al menos ellos hicieron que naciera la humanidad. Los seres humanos parecen ser totalmente impotentes. Continúan creando réplicas exactas de sí mismos. Esto hay que pararlo. Zen: Zest, Zip, Zap andZing, cap. 13. He oído que sucedió en una oficina: llegaron órdenes de arriba de que la oficina estaba demasiado atestada de archivos viejos -de hace treinta, cincuenta años- y que había que destruirlos. ¡Pero asegurándose de que se guardaran copias de todo! Pero entonces, ¿para qué sirve? ¿Para qué destruir los originales? Hasta ahora, el hombre se ha unido a la mujer accidentalmente. Por eso te sientes sorprendido -cualquiera se sentiría sorprendido, lo comprendo- al pensar que un bebé no debería tener el útero de la madre, el calor de la madre, el cuidado de la madre, el amor de la madre... Pero, ya sabes, hay muchas otras cosas también en la madre: sus quejas, su odio, sus celos, su estupidez. El bebé también cogerá todas esas cosas. Y ya se puede ver, los especímenes andan sueltos por todo el mundo. Esto es lo que ha salido de vuestras relaciones: Adolf Hi-tler nació de una relación humana; él estuvo en el útero de una madre. José Stalin nació de la misma manera. Y también todos estos criminales: Alejandro Magno, Napoleón Bonaparte, Mussolini, Mao Zedong, Nadir Sha, lamerían, Gengis Kan; la historia está llena de estos monstruos. Ellos también salieron de mujeres amorosas. Yo ya no confío en la biología ciega. Confío más en un ser humano consciente. Es mejor dar el nacimiento del niño a una probeta, en la que puedes elegir el mejor semen, el mejor óvulo de la mujer. Y no hay necesidad de preocuparse de que sean anónimos; de hecho, todos los hospitales deberían tener un banco. Tienen bancos de sangre; deberían tener bancos de semen y óvulos, y deberían asegurarse de que la mejor célula de semen y el mejor óvulo se junten de manera muy clínica, en una probeta. No tendrán la herencia de vuestro feo pasado. Serán seres frescos, y podemos programar esos óvulos y esas células de semen para hacer posible más salud, más vida, más inteligencia. En cada relación amorosa el hombre libera millones de células vivas. Sólo una de ellas llegará al óvulo femenino. Todas corren -es una gran carrera... millones de seres humanos, aunque sean muy pequeños y no los puedas ver con los ojos-, es una gran carrera, mayor que cualquier carrera que sucede en la Tierra. Proporcionalmente a su tamaño, la distancia entre el semen y el óvulo de la mujer es de tres kilómetros. Si fueran de tu tamaño, el recorrido sería de más de tres kilómetros. Un recorrido de más de tres kilómetros... y están luchando con fuerza para sobrevivir, porque no tienen mucho tiempo. Están siempre cerca de la tercera guerra mundial. Sólo pueden vivir dos horas, nada más. Y sólo una célula llega al óvulo, porque entonces éste se cierra. Sucede muy raramente que dos células lleguen simultáneamente; así nacen los gemelos. Rabindranath Tagore, uno de los más grandes poetas de la India, era el decimotercer hijo de su padre. Los otros doce resultaron ser idiotas, nadie conoce ni siquiera sus nombres. Y es un camino ciego y oscuro. Si el padre de Rabindranath hubiese parado tras el número doce -que parece ser un buen momento para parar; una docena es suficiente, más que suficiente-, entonces os hubierais perdido uno de los seres más bellos de la Tierra: un gran poeta, un gran pintor y un gran ser humano... bello en todos los aspectos. Pero en una probeta es tan fácil. Esos doce deberían haber sido descartados. Hemos elegido que Rabindranath sea el primer hijo, y quién sabe cuánto potencial más habría habido en él si hubiera conseguido el mejor óvulo femenino. Nadie lo sabe. ¿Sabes?, cuando el primer tren fue de Londres a una estación cercana, un viaje de menos de trece kilómetros, nadie estaba dispuesto a montarse en él... ni siquiera gratis. Servían comida gratis, pero nadie estaba dispuesto a entrar porque el cura había dicho por la mañana en la iglesia que Dios nunca había creado ningún ferrocarril: «¡No es natural, es peligroso, es inhumano! ¡No os montéis!» ¿Qué crees que habría pasado si la gente hubiera parado? No habría habido trenes, ni coches ni aviones, ni cohetes para llegar a la Luna. ¡Y tenemos que llegar a las estrellas! Necesitamos cuerpos más fuertes, necesitamos gente más inteligente, y necesitamos gente que esté limpia de todas esas tonterías pasadas. Esto sólo es posible si creamos un método clínico, médico, para el nacimiento del hombre. Estoy absolutamente a favor de ello6. Mi miedo acerca de tu visión del nacimiento de un nuevo hombre mediante probetas e ingeniería genética no tiene nada que ver con la tecnología en sí, sino con el miedo de quién podría controlar la tecnología. ¿Quién puede garantizar que este conocimiento será utilizado por seres humanos conscientes, y no por los políticos idiotas que convertirían nuestro nuevo mundo mejor en el 1984 de Orwell? ¿Quién controla la tecnología hoy? ¿Quién controla todas vuestras armas nucleares? ¿Quién controla todos vuestros descubrimientos científicos? ¿Habéis levantado vuestra voz contra ello? ¿Habéis pensado siquiera que la vida entera en la Tierra está ahora en manos de políticos idiotas? Y siempre ha sido así. Cualquier cosa que se descubre es capturada inmediatamente por los gobiernos, así que ¿por qué la pregunta se refiere sólo a la ingeniería genética? ¿No te da miedo que los políticos tengan armas nucleares que pueden destruirte setecientas veces? Aunque si te destruyen una vez, no será necesario que te destruyan de nuevo; como no eres el único hijo de Dios, no resucitarás; y no hay por aquí mesías que te devuelvan a la vida. Pero tienes miedo -y puedo comprenderlo- de que si la ingeniería genética está en manos de los políticos, ciertamente no van a crear al hombre lleno de belleza, amor, silencio, inteligencia, encanto. Van a crear robots de acero, para que sean todos soldados que luchen, que maten. Ya lo sé. Por eso he propuesto que no debería haber naciones, que el mundo debería The Last Testament, vol. 1, cap. 3. tener sólo un gobierno funcional. Hay que eliminar todas las fronteras, hay que quemar todos los pasaportes y las tarjetas de residencia. Que eres un ser humano es suficiente para entrar a cualquier país. Por eso, recuerda todo el contexto de todo lo que digo; de otra forma me malinterpretarás. Quiero un solo mundo, para que no haya guerra y no sean necesarios los soldados. Quiero un gobierno mundial. Quiero que el presidente del gobierno mundial sólo sea presidente durante seis meses, para que no pueda hacer ningún daño. Y quiero que una persona sólo pueda ser elegida una vez. Estas son las precauciones. La ingeniería genética, el nacimiento de niños en los laboratorios científicos, estará en manos de los científicos. Hemos probado la religión y ha fracasado. Hemos probado la política y ha fracasado. Ahora tenemos que probar la ciencia. Dadle una oportunidad, porque en trescientos años ha creado más progreso que el hombre en toda su historia de millones de años. Y os he propuesto que el mundo debería tener una única academia de las ciencias para que no haya científicos rusos, ni científicos estadounidenses, ni científicos hindúes, ni científicos cristianos, todo eso pertenece al pasado. Esa academia contará con todos los genios del mundo. Los demás esfuerzos han fracasado, habría que dar a la ciencia una segunda oportunidad. No hay ningún mal en ello. Como mucho, puede fracasar, la peor posibilidad es que la ciencia pueda fracasar, pero no creo que pueda fracasar. Tenemos que preparar un nuevo tipo de hombre. De ese nuevo tipo de hombre -meditativo, silencioso, amoroso- irán saliendo científicos. Tengo la visión entera del nuevo hombre: sin religiones, sin nacionalidades, sin gobiernos, sólo un gobierno funcional, y una poderosa academia mundial de científicos. Y la ciencia puede ser el factor decisivo. No tengas miedo. Los científicos no son monstruos, los científicos son muy humanos. Y si la meditación continúa floreciendo y los sannyasins siguen creciendo, los científicos serán los primeros interesados en el viaje interior. Lo necesitan; de otra forma, sus vidas están desequilibradas. Sólo van hacia fuera, siempre hacia fuera. Necesitan ciertos métodos pora poder ir hacia dentro y mantener cierto equilibrio. Y un científico meditativo no puede concebir la creación de monstruos, de asesinos. La ciencia ha sido una bendición para el hombre. Puede ser una bendición aún mayor si hay sólo un mundo. From the False to the Truth, cap. 31.
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