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sábado, 8 de enero de 2011

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POLÍTICA | Increpado en la Universidad de Oviedo

El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, ha respondido este jueves a los insultos y abucheos recibidos por varios jóvenes durante la conferencia que ofreció en la Universidad de Oviedo con la frase: "Hay algunos que parecen empeñados en demostrar que no pueden vivir sin mí".

Aznar, que ha impartido una conferencia sobre la crisis económica en la Facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo, tuvo que entrar por la puerta de atrás del edificio para no coincidir con una veintena de jóvenes que lo increpaban al grito de "fascista", "asesino" y "terrorista".

Este grupo de manifestantes se dio cita en las inmediaciones del salón de actos, donde iba a tener lugar la conferencia, alrededor de las 12.00 horas. Portaban pancartas y coreaban consignas como "Aznar fascista, tú eres el terrorista", "Fuera los fascistas de la Universidad", "Aznar al talego como Vera y Barrionuevo", "No a la guerra" y "PSOE y PP la misma mierda es".

Los miembros de seguridad y de la organización consiguieron impedir el paso a los miembros de la protesta, que se quedaron en la zona de las escaleras, con sus cánticos, flanqueados por efectivos de seguridad privada y por la organizadores del evento.

Finalmente, el ex presidente José María Aznar entró en el salón de actos por una puerta trasera, acompañado de líderes asturianos del PP, de forma que evitaron el contacto visual con los miembros de la protesta.

Sin embargo, los manifestantes se habían organizado bien y algunos se introdujeron en el interior, como si estuvieran interesados en la conferencia, que era abierta al público. De esta forma, no tardó en llegar la primera interrupción. Unos jóvenes interrumpieron el discurso de Aznar a las 12.52 horas portando carteles de papel y al grito de "fascista".

Expulsados del recinto

Los asistentes al acto, organizado por Nuevas Generaciones, les abucheaban mientras eran expulsados del recinto por miembros de la organización y efectivos de seguridad privada. En el exterior, continuaba el grupo inicial, con los mismos cánticos, recibiendo con aplausos a los expulsados.

Mientras, Aznar aguantaba en silencio, para retomar la palabra. Fue en ese momento cuando hizo la única referencia a los manifestantes de la mañana. "Bueno, no pasa nada", dijo, quitando importancia, y recibió aplausos, al tiempo que le coreaban "presidente, presidente". Posteriormente, afirmó: "hay algunos que parecen empeñados en demostrar que no pueden vivir sin mí", señaló y recibió otra gran ovación.

Sin embargo, el capítulo de las protestas no terminó ahí y el ex presidente del Gobierno fue interrumpido en cuatro ocasiones distintas mientras hablaba. Eran jóvenes que se levantaban de forma sorpresiva en distintos lugares y que gritaban "¡criminal!", "¡cabrón!" o "¡mentiroso!".

La escena volvía a ser la misma. Los jóvenes eran desalojados por asistentes al acto, miembros de la organización y personal de seguridad entre abucheos y algún grito de "¡rojos!". Entre tanto, y mientras Aznar hablaban, intentaban detectar a posibles 'infiltrados'.

Al finalizar la intervención de Aznar, que duró 45 minutos, este se retiró rápidamente acompañado de los organizadores. Esta vez sí salió por la puerta principal y los manifestantes sí pudieron verle de lejos. Continuaron gritando e insultándole. Una vez que Aznar desapareció de escena, los asistentes al acto, partidarios del ex presidente se enfrentaron verbalmente con el grupo de manifestantes.

El precedente del Rey

La de Aznar no es la primera vez que se 'caza' a una personalidad pública destacada haciendo un gesto de desaprobación hacia un auditorio poco proclive. Al Rey también se le pudo ver en una situación similar.

Fue el 24 de junio de 2004, durante una visita oficial a Álava, cuando Don Juan Carlos respondió a los radicales que le increpaban con un gesto que fue recogido, entre otras, por las cámaras de la cadena pública vasca ETB.

La televisión autonómica emitió las imágenes en sus informativos con el siguiente comentario: "con este inusual gesto, Juan Carlos I saludaba a las personas del exterior mientras algunas de ellas le increpaban".

La Casa Real, que fue consultada por ELMUNDO.es, sólo quiso comentar que probablemente todo se trate de "una mala interpretación del saludo" del Rey.

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