No queremos policías como Ferran Teruel, así más de 20.000 personas lo sentenciaron en la red social, facebook, por el sentir general de indignación que causó al relevarse sus violentas ideas e intenciones sobre abuso del cargo que ocupa.
Una vez más, un groso muy amplio de personas se plantean a qué y a quién le interesa que no se depuren responsabilidades por el mal hacer de los gestores de la cosa pública. A juzgar por el panorama español después de las elecciones, parece ganar la derecha.
Las acampadas del 15-M son obviadas o criticadas por los políticos. Por el momento el movimiento no exige que se depuren responsabilidades políticas, concretas. La cuestión de quién fundamentalmente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los miembros del Gobierno y cómo los movimientos ciudadanos deben exigir, igualmente que, sean tomadas en consideración las sanciones administrativas impuestas a los partido políticos o a sus miembros y las condenas penales que hayan recaído sobre sus dirigentes, candidatos, cargos electos o afiliados, por delitos tipificados en los Títulos XXI a XXIV del Código Penal, sin que se hayan adoptado medidas disciplinarias contra éstos conducentes a su expulsión, no son de momento instadas a su consecución por cauces legales por los que deben tramitarse en un Estado de Derecho.
La litis del movimiento se centra en el derecho de petición y la exigencia de que se depuren responsabilidades.
Tolerancia cero, parece ser la postura de los ciudadanos ante las injusticias sociales creadas por los poderes públicos que no ejercen bien su trabajo y consienten la corrupción y el enriquecimiento ilícito.
Expedientado un policía barcelonés por declaraciones de violencia injustificadas en Facebook a los indignados.
«Tanto hijo de puta y ni una colleja he podido dar», publicó el agente en su perfil de la red social.
«Lo mío ha sido como estar en una pastelería y no poder comer ni un trocito de pastel... tanto hijo de puta y ni una colleja he podido dar... estoy hasta por currar el sábado por la noche con lo del Barça... a ver si suena la flauta», aseguraba en un post.
Cargaba también contra los Mossos d?Esquadra: «He entrado a las 6 de la mañana para ver a los Mossos hincharse a dar palos durante seis horas, acabar saliendo por patas como niñas y los guarros (porque sí, ni en Gracia he visto tanto perroflauta) de vuelta a la plaza Cataluña», afirmaba.
Se creó en la red social la página No queremos policías como Ferràn Teruel. Donde más de 20.000 personas le habían dado al «me gusta» y publicado mensajes que podrían resumirse en uno: «Me parece indignante que en una sociedad avanzada este tipo de personas sean fuerzas de seguridad. No quiero destinar ni un duro de mi salario al Estado para que lo utilice de esta forma», firmaba un chico de apellido Ballester.
El mundo al revés,
ver para creer,
mientras impunes
salen los sangrientos,
vejados y discriminados
quedan los no violentos,
a saber;
guardias civiles democráticos.
Una vez más, un groso muy amplio de personas se plantean a qué y a quién le interesa que no se depuren responsabilidades por el mal hacer de los gestores de la cosa pública. A juzgar por el panorama español después de las elecciones, parece ganar la derecha.
Las acampadas del 15-M son obviadas o criticadas por los políticos. Por el momento el movimiento no exige que se depuren responsabilidades políticas, concretas. La cuestión de quién fundamentalmente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los miembros del Gobierno y cómo los movimientos ciudadanos deben exigir, igualmente que, sean tomadas en consideración las sanciones administrativas impuestas a los partido políticos o a sus miembros y las condenas penales que hayan recaído sobre sus dirigentes, candidatos, cargos electos o afiliados, por delitos tipificados en los Títulos XXI a XXIV del Código Penal, sin que se hayan adoptado medidas disciplinarias contra éstos conducentes a su expulsión, no son de momento instadas a su consecución por cauces legales por los que deben tramitarse en un Estado de Derecho.
La litis del movimiento se centra en el derecho de petición y la exigencia de que se depuren responsabilidades.
Tolerancia cero, parece ser la postura de los ciudadanos ante las injusticias sociales creadas por los poderes públicos que no ejercen bien su trabajo y consienten la corrupción y el enriquecimiento ilícito.
Expedientado un policía barcelonés por declaraciones de violencia injustificadas en Facebook a los indignados.
«Tanto hijo de puta y ni una colleja he podido dar», publicó el agente en su perfil de la red social.
«Lo mío ha sido como estar en una pastelería y no poder comer ni un trocito de pastel... tanto hijo de puta y ni una colleja he podido dar... estoy hasta por currar el sábado por la noche con lo del Barça... a ver si suena la flauta», aseguraba en un post.
Cargaba también contra los Mossos d?Esquadra: «He entrado a las 6 de la mañana para ver a los Mossos hincharse a dar palos durante seis horas, acabar saliendo por patas como niñas y los guarros (porque sí, ni en Gracia he visto tanto perroflauta) de vuelta a la plaza Cataluña», afirmaba.
Se creó en la red social la página No queremos policías como Ferràn Teruel. Donde más de 20.000 personas le habían dado al «me gusta» y publicado mensajes que podrían resumirse en uno: «Me parece indignante que en una sociedad avanzada este tipo de personas sean fuerzas de seguridad. No quiero destinar ni un duro de mi salario al Estado para que lo utilice de esta forma», firmaba un chico de apellido Ballester.
El mundo al revés,
ver para creer,
mientras impunes
salen los sangrientos,
vejados y discriminados
quedan los no violentos,
a saber;
guardias civiles democráticos.
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