LAS
PEQUEÑAS TRAMPAS FISCALES MÁS COMUNES QUE EL FISCO NO PERDONA
(facilitado por VLEX)
Día 6 de
abril de 2015
El fraude
fiscal ha crecido en el fragor de la crisis. Muchos contribuyentes tratan de
esquivar sus obligaciones tributarias con pequeños fraudes, olvidos
premeditados y otras prácticas dudosas. Es una especie de lluvia fina -que nada tiene que ver con
los grandes fraudes que agujerean las arcas públicas- sobre la que la Agencia Tributaria ha puesto un
impermeable. Hacienda tiene mecanismos para detectar muchas de las
trampas tributarias. "Normalmente, se trata de personas sin asesoramiento
fiscal, pequeños profesionales, pero no tiene nada que ver con el fraude de la
gran empresa", puntualiza José María Mollinedo, del sindicato de técnicos
de Hacienda (Gestha). El fisco realiza cada año más de medio millón de
comprobaciones de control extensivo, según la última Memoria de la Agencia
Tributaria de 2013. ¿Qué
fraudes comunes encienden las alarmas de Hacienda?
- Gastos personales.
Es habitual
que entre autónomos, profesionales y pymes se deduzcan como gastos cosas de
consumo personal. Hacienda
echa para atrás las desgravaciones de ropa, comida, y otras facturas que no
tienen que ver con la actividad profesional. "Cuando un profesional
que declara ganar 8.000 euros al año se desgrava 6.000 euros es evidente que
saltan las alarmas", explica José María Mollinedo, de la asociación de
Técnicos de Hacienda (Gestha). También hay quienes realizan obras en su
vivienda particular y piden al proveedor que en la factura figuren los datos de
su empresa para deducírselo. "Es frecuente que en la factura haya errores
y entonces se detecta", dice Mollinedo.
- El coche.
El empresario
o profesional que compre un coche tiene que acordarse de que solo se puede deducir el 50% del
valor de adquisición, salvo que pueda justificar al fisco que destina
más de ese porcentaje a su actividad empresarial. Hacienda suele poner pegas si
el ciudadano trata de desgravarse más de ese porcentaje excepto, para empresas
de logística, agentes comerciales o del sector de transporte, describe Adolfo
Jiménez, presidente de la organización de asesores fiscales Asefiget. Algunos
ciudadanos también se deducen las multas de tráfico, pero Hacienda tiene acceso
a una base de datos con todas las sanciones de este tipo, por lo que lo
detectará. Además, tiene competencias para recaudar las sanciones por encargo de
otros entes públicos si llegan a fase ejecutiva.
- Gastos de viaje. Algunos
autónomos o empresarios han llegado a deducirse los gastos de vacaciones con
sus familias. Esto salta con facilidad porque Hacienda cuenta con ratios e
índices de sectores y es fácil de detectar. "Es deducible solo aquello que
es necesario para la obtención de ingresos", insiste Jiménez. Un asesor
reconoce: "Hay quien trata de desgravarse hasta las copas que se toma por
la noche".
- Los tíquets de la gasolinera.
Los recibos de comidas, compras en supermercados, gasolineras o bares no
son deducibles, porque no permiten acreditar la identidad de quien
realiza el gasto. Hacienda exige presentar factura para poder disminuir la
carga fiscal. Una de las pequeñas trampas más comunes consiste en deducirse el
IVA de los gastos de repostaje de combustible. La Agencia Tributaria suele
poner pegas con esta práctica. "La ley del IVA es muy formal. No me vale un
tíquet", explica Adolfo Jiménez, presidente de la Asociación Española de
Asesores Fiscales y Gestores Tributarios (Asefiget). "Nosotros tratamos
que las cosas se hagan bien. Si se abre una inspección, nos supone más trabajo
y hace menos rentable la actividad. Preferimos que las cosas estén correctas
para no tener problemas", insiste. Estas prácticas se dan sobre todo en
los autónomos dependientes, profesionales que trabajan para una empresa pero
que cotizan como autónomos. "Es frecuente que metan tíquets de gastos personales
como si fueran de la sociedad".
- La vivienda.
Muchos contribuyentes que generaron el derecho
para beneficiarse de la deducción de la vivienda habitual lo siguen haciendo
aunque ya no puedan. Esto afecta sobre todo a contribuyentes jóvenes, que compraron un piso y que
lamentablemente les fue mal y tuvieron
que volver a casa de sus padres. Este ciudadano perdería así el derecho
a la deducción, porque ese inmueble en el que ya no reside deja de ser su vivienda habitual.
Hacienda puede cruzar el consumo de energía y de agua para comprobar si el piso
está habitado. "Han pillado bastantes casos", explica Jiménez. Otra
de las irregularidades relacionadas con la vivienda más habitual se produce
cuando un contribuyente financia con la hipoteca del piso la compra de coches o
la reforma la cocina. "A veces al ciudadano se le olvida (deliberadamente,
en ocasiones) y se los desgrava todo", dice Mollinedo, que recuerda que
solo puede deducirse la parte correspondiente a la vivienda. Hacienda, además, está estrechando el cerco sobre
aquellos que se dedujeron las cantidades aportadas a la cuenta ahorro vivienda
y finalizado el plazo para comprar no lo hicieron y no han devuelto el
dinero al fisco.
- Los alquileres.
Son uno de
los controles que más realiza la Agencia Tributaria cruzando datos de
diferentes medios: ya sea información obtenida por terceros (preguntas a
vecinos) o por los datos de consumos de agua, electricidad. Además, cuando el contrato de alquiler está a nombre
de un inquilino, pero en la casa viven varias personas -por ejemplo, una
pareja- solo se podrá deducir
el alquiler el titular del contrato, y si hay varios titulares, a partes
iguales dividiendo los pagos. Es frecuente que todos los inquilinos traten de
deducirse la renta completa, pero el fisco lo detectará a través de la ficha
catastral del inmueble y por la declaración del arrendador.
- Los hijos.
Otra de las
trampas más frecuentes se produce cuando los dos miembros de parejas de hecho o
que hacen la declaración por separado se deducen el 100% de cada hijo, cuando
deberían repartirse la desgravación entre ambos padres. Mollinedo explica que
antes no se exigía reflejar el NIF de los hijos en las declaraciones. Pero la
situación ha cambiado. Hacienda
cuenta ahora con información procedente del Registro Civil.
- Errores en la declaración. Desde la
Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf), Ainhoa de la Cuadra explica
que los errores en las declaraciones son frecuentes y que Hacienda se percata
rápidamente de ellos. En este sentido, los padres que tengan un hijo de menos
de 25 años y sin ingresos pueden aplicar deducciones. Muchas veces el hijo cumple
26 años y los padres siguen beneficiándose de este mínimo. Los controles ahora
lo detectan.
- Sociedades patrimoniales.
Facturar las actividades profesionales a
través de sociedades es lícito y común. Sin embargo, eso no siempre garantiza
ventajas fiscales. Los gastos que se pueden deducir son los mismos: los
necesarios para la obtención de ingresos. El profesional debe facturar a la empresa por los servicios
que presta. Y debe hacerlo a precio de mercado, lo que supone, en la
práctica, tributar por el IRPF .
Hacienda lleva varios años vigilando estas prácticas que han dado lugar a
polémicas en los medios. "Un servicio vale en el mercado lo que alguien
ajeno a su prestador está dispuesto a pagar por el", explica Francisco de
la Torre, inspector de Hacienda y autor de ¿Hacienda somos todos? (Debate).
- Subvenciones.
La Agencia Tributaria tiene información sobre
todas las subvenciones públicas. Algunas están exentas de tributación, pero
otras no, y en estos últimos años se está incrementando el control cuando estas
ganancias patrimoniales no aparecen en las declaraciones de los beneficiarios.
- Premios de loterías u otros juegos.
Aunque los premios de la Lotería, ONCE y Cruz Roja están
sujetos a una retención que evita tener que declarar estas ganancias en
el IRPF , no ocurre así con el resto de juegos,
cuyas ganancias deben ser declaradas, pudiéndose compensar únicamente las
pérdidas del juego de ese mismo ejercicio con el límite de la propia ganancia.
Es frecuente que Hacienda durante la etapa de recaudación detecte
"olvidos".
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